LA CEREMONIA DEL TÉ EN SIBERIA
Los siberianos siempre consideraron al té más importante que la cena. El té después de una comida nutritiva era considerado una delicadeza y tomarlo era una acción sagrada. Tomar té no sólo era una parte importante de la vida social, era también parte de las negociaciones comerciales y tratos financieros.
La ceremonia del té en las familias tradicionales de Siberia seguía una etiqueta estricta. Después de la primera taza de té, se le ofrecía otra al invitado/a pero se esperaba de él/ella que la rechazara, por cortesía. Él o ella debían poner la taza boca abajo y colocar un terrón de azúcar en la parte superior. Después de varias ofertas más, por parte del anfitrión/a y la correspondiente negativa de cortesía, él/la huésped podría aceptar otra taza. Este intercambio formal se repetía después de cada taza. La costumbre de invitaciones a tomar té se extendió ampliamente en las zonas rurales de Siberia. Incluso las personas más pobres tenían un samovar.
«Na chai» (Dinero para el té) todavía significa «dar una propina» a alguien en la actual Rusia. Históricamente, los empleadores agregaban una pequeña cantidad de dinero a los salarios de los trabajadores cuando el trabajo estaba bien hecho. Este plus se denominaba «para el té».
La adquisición de una samovar se consideraba un paso importante en el establecimiento de un hogar. Como el azúcar era muy cara, la gente pobre e incluso la de clase media sólo se podían permitir mordisquear un terrón de azúcar mientras tomaban su té. También tomaban el té con miel, mermelada o dulces chinos con el fin de prescindir del azúcar. En las viejas recetas, nos encontramos con que la gente añadía harina, leche, aceite e incluso sal a su té. Si bien esto no suena muy sabroso para nosotros hoy día, estas adiciones eran un nutritivo sustituto de la comida.
A través de los siglos, el té se convirtió en una parte importante de la vida en Siberia y sigue siendo una bebida muy popular para cada ocasión.