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Posts etiquetados ‘Gabriela Chromoy’

LA FIESTA DE LA LIBERTAD

lunes, abril 14th, 2014

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Cocinando mucho, mucho. Hoy es día de recetas secretas, guardadas con mucho celo, de generación en generación; hoy es día de ollas, pescados, té, recuerdos, memoria, tradición, libertad y redención.
Jag Pesaj Sameaj. ♥

PEONÍA – PEARL S. BUCK (PDF)

viernes, abril 11th, 2014

PeonyNovelQueridos amigos de esta dacha virtual: debajo iré pegando los enlaces para la lectura de nuestra nueva novela. Prepárense una tetera con su té preferido y disfrútenlos. Recuerden que nos encontraremos para leer las últimas páginas juntos y compartir un bello chaepítie. Que tengan un hermoso fin de semana.
Gabriela

 

1) PEONÍA.PDF-páginas 1 A 55-

2) PEONÍA.PDF-páginas 56 A 110-

3) PEONÍA.PDF-páginas 111 A 165-

4) PEONÍA.PDF-páginas 166 A 220-

5) PEONÍA.PDF-páginas 221 A 275-

6) PEONÍA.PDF-páginas 276 A 330-

7) PEONÍA.PDF-páginas 331 A 385- versión mini no imprimible

8) PEONÍA.PDF-páginas 386 A 442- versión mini no imprimible

Hasta aquí llegamos con los archivos, por ahora. Para conocer el final, nos encontraremos el día Sábado 26 de Abril, a las 16 horas, en La Biblioteca Café (Marcelo T. de Alvear 1155), donde leeremos las últimas páginas, y degustaremos dos pasos de té con maridaje dulce y salado; luego tendremos análisis y debate de la obra.

FESTIVAL DEL MATE DE TÉ – EDICIÓN VERANO

sábado, febrero 15th, 2014

No me arrepiento de este amor… Adoro las manifestaciones populares, la juventud comprometida y sana, la gente que ama a sus pueblos, sus costumbres, su historia, su terruño, sus frutos de la tierra. Esta tarde, en la tradicional licorería artesanal Licores Bard, y gracias al apoyo incondicional de su dueña y de la Consejal Marisa Follonier, la agrupación Area Joven de San José organizó una edición de verano del Festival del Mate de Té. La gente se animó y participó hermosamente. Mi parte: difundir la cultura del té, enseñar a prepararlo y disfrutarlo en hebras, tanto caliente como frío y ser parte de una tradición que es propia de ellos: cebar coloridos y frutales mates de té. Me llevo, como siempre, más de lo que imaginé, y me voy con el corazón lleno de cariño por esta provincia que respira entre dos ríos.

TÉ LITERARIO – AGUAS DE PRIMAVERA – IVAN TURGUENIEV

sábado, noviembre 30th, 2013

Un evento feliz empieza por el sueño de hacerlo. Hemos leído juntos la última novela compartida del año. Cerramos de manera hermosa. Nuevamente, les agradezco a todos con mi alma y brindo a vuestra salud. <3
*Todas las fotos, con excepción de aquéllas robadas de los jardines primaverales de la Sra. Miriam Susana Pozzo y la Sra. Norma Ramirez, fueron tomadas por el Sr. Gustavo García Melieni en un acto de arrojo y cariño incondicional.

AGUAS DE PRIMAVERA – IVÁN TURGUÉNIEV – CAPÍTULO 35

martes, noviembre 5th, 2013

flyer turgueniev jpg con logo
Buenas noches! Qué maravilla de narrador, este Turguéniev! Vamos con un té con crema, nosotros también, y el Capítulo 35 de las Aguas de primavera? Davai! Con un Invierno en Kiev y un samovar de Tula!
AGUAS DE PRIMAVERA – IVÁN TURGUÉNIEV – CAPÍTULO 35

La desenvoltura de modales de la señora Pólozov hubiera trastornado probablemente a Sanin desde el primer momento (aun cuando no era enteramente un novicio y había corrido ya un poco de mundo), si no hubiese creído ver en ese desenfado y en esa familiaridad un feliz augurio para el buen éxito de sus proyectos.

«Halaguemos los caprichos de esta millonaria», dijo para sí resueltamente; y con el mismo desenfado con que ella había hecho la pregunta, respondió él:

—Sí, me caso.

—¿Con quién? ¿Con una extranjera?

—Sí, señora.

—¿Hace poco que la conoce usted? ¿Vive en Francfort?

—Exacto.

—¿Y quién es ella? ¿Puede saberse?

—Sin duda. Es la hija de un confitero.

La señora Pólozov enarcó las cejas, abriendo tamaños ojos, y pronunció con lentitud:

—¡Eso es encantador! ¡Es admirable! ¡Yo creía que no se encontraban en la tierra jóvenes como usted! ¡La hija de un confitero!

—Veo que eso la asombra a usted —dijo Sanin con aire digno —Pero, en primer lugar, yo no tengo esos prejuicios…

—Ante todo, —interrumpió la señora Pólozov —eso no me asombra de ninguna manera, y yo no tengo tampoco esos prejuicios… Yo soy hija de un campesino. ¡Ah! ¿Qué dice usted a esto? Lo que me pasma y me fascina es ver a un hombre que no teme amar. Porque usted la ama, ¿no es cierto?

—Sí.

—¿Es muy bonita, sin duda?

Esta última pregunta apuró un poco a Sanin, pero ya no era tiempo de retroceder.

—Señora, ya sabe usted que cada cual prefiere el rostro de la mujer amada a todos los demás; pero mi prometida es verdaderamente muy bella.

—¿De veras? ¿Qué tipo tiene? ¿Italiano? ¿Clásico?

—Sí, sus facciones son de una perfecta regularidad.

—¿No tiene usted su retrato?

—No. (Por aquella época aún no existía la fotografía; apenas comenzaba a difundirse el daguerrotipo.)

—¿Cuál es su nombre de pila?

—Gemma.

—¿Y el de usted?

—Dmitri.

—¿Patronímico?

—Pávlovich.

—¿Sabe usted una cosa? —dijo la señora Pólozov, siempre con la misma lentitud —Me gusta usted mucho, Dmitri Pávlovich. Debe ser usted un hombre galante. Deme la mano. Seamos amigos.

Sus lindos dedos, blancos y robustos, apretaron con vigor los dedos de Sanin. Su mano no era mucho más pequeña que la del joven, pero era más tibia, más suave, y por decirlo así, más viva.

—¿Sabe usted —preguntó ella— qué idea se me ocurre?

—¿Qué?

—¿No se enfadará usted? ¿No? Dice usted que es su futura esposa… Pero…, pero… ¿le es a usted eso absolutamente necesario?

Sanin frunció las cejas.

—Señora, no la comprendo a usted.

María Nikoláevna se puso a reír bajito, y con un movimiento de cabeza echó atrás los cabellos que le caían sobre las mejillas.

—Sin duda es usted un hombre encantador. —dijo con aire meditabundo y distraído a la vez —¡Un verdadero caballero! ¡Después de esto, vaya usted a creer a la gente que sostiene que ya no hay idealistas!

La señora Pólozov hablaba en ruso con una pureza perfecta, el verdadero ruso de Moscú, la lengua del pueblo y no la de los salones.

—Estoy segura de que se ha educado usted en casita, en el seno de una familia piadosa y patriarcal. ¿De qué provincia es usted?

—De Tula.

—¡Ah! En ese caso, somos paisanos. Mi padre… ¿Sabe usted, no es cierto, lo que era mi padre?

—Sí, lo sé.

—Era natural de Tula… Era tuliak. Bueno… —pronunció enteramente al estilo del pueblo, y con intención manifiesta, la palabra rusa que significa «bueno» —¡Y ahora pongamos manos a la obra!

—¡A la obra…! ¿Qué debo entender por esa frase?

La señora Pólozov medio cerró los ojos, exclamando:

—Pero ¿qué ha venido a hacer usted aquí?

Cuando entornaba así los ojos se hacía muy zalamera su expresión, con un si es no es de burlona; al abrirlos, ¡cuán grandes eran!, su brillo luminoso, casi frío, dejaba traslucir un no sé qué perverso y amenazador. Lo que daba a sus ojos particular hermosura eran las cejas, espesas, un poco prominentes y suaves como piel de marta cebellina.

—¿Quiere usted que le compre su hacienda? —prosiguió —Necesita usted dinero para casarse, ¿no es verdad?

—En efecto.

—¿Necesita usted mucho?

—Unos cuantos miles de francos para los gastos primeros. Su marido conoce mi hacienda. Podría usted consultarle… Pediré un precio muy módico.

La señora Pólozov hizo con la cabeza un movimiento negativo.

—En primer lugar, —comenzó a decir, tras una pequeña pausa, dando golpecitos con las yemas de los dedos en la manga de Sanin —no tengo costumbre de consultar a mi marido, como no sea para asuntos de tocador, en lo cual es maestro consumado; en segundo lugar, ¿por qué me dice que me pedirá un precio muy módico? No quiero aprovecharme de que esté usted ahora enamorado y dispuesto a todos los sacrificios… Y yo no quiero aceptar nada de eso. ¡Qué! ¿En vez de alentarlo en… (¿cómo diría yo bien eso?) en sus nobles sentimientos, iba yo a despojarlo como se le quita la corteza a un tilo para hacer lapti(1)? No tengo costumbre de eso. En ocasiones puedo ser cruel con la gente, pero nunca hasta ese extremo.

Sanin no podía adivinar si se burlaba o hablaba en serio, pero decía para sí: “¡Oh, contigo hay que tener cuidado!” Entró un criado, trayendo en una gran bandeja un samovar ruso, un servicio de té, crema, bizcochos, etc.; puso todo aquello encima de la mesa, entre Sanin y la señora Pólozov, y se retiró.

La señora Pólozov sirvió a su huésped una taza de té.

—¿No le importa? —dijo poniéndole el azúcar con los dedos… Y, sin embargo, las tenacitas de la azucarera estaban encima de la mesa.

—¡Cómo! De una mano tan hermosa…

No pudo acabar la frase, y por poco se ahoga con un sorbo de té. Ella lo tenía subyugado con su claro y fijo mirar.

—Si le hablé a usted de baratura, —continuó —es porque como en estos momentos se encuentra usted en el extranjero, no debo suponer que tenga mucho dinero disponible; y además, comprendo que la venta… o la compra de una finca en tales condiciones tiene algo de anormal, y debo tener esto en cuenta.

Se embarullaba Sanin y se atascaba en sus frases, mientras que la señora Pólozov, que se había reclinado cómodamente en el respaldo de la butaca, lo miraba, cruzada de brazos, con el mismo claro y atento mirar. Concluyó él por detenerse.

—Siga, siga usted; —dijo la joven, como acudiendo en su auxilio —lo escucho, tengo sumo placer en oírlo; continúe usted.

Sanin se puso a describir su hacienda, indicó la superficie, la situación topográfica, sus características; calculó qué renta podía sacarse de ella… Hasta habló de la pintoresca posición de la finca, y la señora Pólozov continuaba fijando en él su mirada cada vez más clara y penetrante; sus labios tenían ligeros temblores, en vez de sonrisas, y se los mordía. Sanin terminó por sentirse turbado, y se interrumpió por segunda vez.

—Dmitri Pávlovich —dijo la señora Pólozov; reflexionó un instante, y repitió: —Dmitri Pávlovich, ¿sabe usted una cosa? Estoy convencida de que la compra de sus tierras será para mí un negocio ventajosísimo y de que nos entenderemos. Pero necesito que me otorgue usted… un par de días para pensarlo. Vamos, ¿es capaz de estar dos días separado de su novia? No lo detendré más tiempo si no quiere quedarse; le doy mi palabra. Pero si usted necesita dinero hoy mismo, le prestaría con mucho gusto cinco mil o seis mil francos, y más tarde ajustaríamos las cuentas.

Sanin se levantó, exclamando:

—No sé cómo agradecer, María Nikoláevna, la cordial benevolencia de que me da usted pruebas, a mí que le soy casi desconocido… Sin embargo, si usted se empeña en ello, prefiero aguardar su resolución acerca de mi finca, y me quedaré aquí dos días.

—Sí, lo deseo, Dmitri Pávlovich. ¿Y le costará a usted mucho eso? ¿Mucho? Diga usted.

—Amo a mi prometida, y confieso a usted que la separación será un poco dura para mí.

—¡Ah! Es usted un hombre como no los hay. —suspiró la señora Pólozov —Le prometo no dejarlo languidecer demasiado. ¿Se va usted?

—Ya es tarde —hizo observar Sanin.

—Y le hace falta descansar después del viaje, después de esa partida de naipes con mi marido. Diga usted, ¿tenía usted mucha amistad con Hipólito Sídorovich, mi marido?

—Nos hemos educado en el mismo colegio.

—¿Y era ya “tan así” en el colegio?

—¿Cómo “tan así”?

La señora Pólozov soltó una carcajada tan ruidosa, que todo el rostro se le arreboló; se llevó el pañuelo a los labios, se levantó luego de la butaca, se acercó a Sanin contoneándose un poco con dejadez, como una persona fatigada, y le alargó la mano.

Se despidió Sanin de ella, y se dirigió a la puerta.

—Trate usted mañana de venir temprano, ¿oye? —le gritó en el momento de trasponer el umbral.

Miró él hacia atrás, y la vio medio tendida en la butaca con las manos puestas detrás de la cabeza. Las anchas mangas de la blusa se habían corrido hasta el nacimiento de los hombros; y era imposible no decirse que la postura de esos brazos y todo aquel conjunto eran de una belleza admirable.

(1) Lapti: Durante muchos siglos los lapti (en singular lápot), una especie de zapatos o alpargatas tejidos con corteza de árbol o líber, fue el principal calzado de la población rural, es decir, del 90 % de los rusos. Son probablemente el calzado más conocido en el territorio

TÉ LITERARIO – ANNA KARENINA – LEV NICOLAIEVCH TOSTOY-

sábado, agosto 31st, 2013

¿Sabían que en Rusia usan un término para describir la acción de tomar té, que vendría a ser, el equivalente argentino de «matear»?
Chaepítie (чаепитие): vocablo que puede traducirse como Fiesta de té y también como «tetear».
Chaepítie na dache (чаепитие на даче): reunión para tomar el té en la dacha.
Si te invitan a «chaepítie», cosa muy común en Rusia como muestra de hospitalidad, la costumbre es que lleves algo para acompañar el banquete, ya que los rusos son muy golosos y gustan de acompañar su té con blinis salados y dulces, mermeladas y pastelería. Supongo que esa es la razón por la que mis abuelas nunca llegaban de visita a una casa «con las manos vacías».
Éste fue nuestro Chaepítie, nuestra fiesta. Cerramos un ciclo de cuatro meses de leer juntos Anna Karenina, compartimos el té, comimos deliciosamente y brindamos porque cumplimos 2 años.
GRACIAS A TODOS Y A CADA UNO POR ACOMPAÑARNOS.
Fotografía oficial de DaCha Russkiy Sekret: Marcela Casarino
Fotos que nos cedieron amigos, amorosamente: Daniela Dini, Miriam Susana Pozzo, Rica Comida Rusa Por Pedido y Silvia Ramos de Barton.

SWEET HEATHER

sábado, febrero 23rd, 2013

Cuenta una antigua leyenda nórdica, que cuando los dioses hicieron al mundo, miraron las laderas desnudas y estériles, y pensaron en lo agradable que sería cubrirlas con alguna especie de hermoso árbol o flor. Entonces, recurrieron al Roble gigante, el más grande y fuerte de todos los árboles que habían hecho y le preguntaron si estaría dispuesto a ir hasta las colinas desnudas para ayudar a hacerlas más atractivas. Pero el roble les explicó que necesitaba una buena profundidad de suelo para crecer y que las laderas eran demasiado rocosas para que echara raíces.

Así que los dioses dejaron al roble y se volvieron hacia la Madreselva, con su hermosa flor de color amarillo y su bella y dulce fragancia. Preguntaron a la madreselva si le molestaría crecer en las colinas y difundir su belleza y fragancia por las áridas laderas. Pero la madreselva explicó que necesitaba un muro o una cerca o incluso otra planta en la que apoyarse y que, por esa razón, sería casi imposible para ella crecer en las montañas.

Los dioses viraron hacia una de las más dulces y hermosas de todas las flores: la Rosa. Le preguntaron a la rosa si le importaría agraciar las altas tierras escarpadas con su esplendor. Pero la rosa explicó que el viento, la lluvia y el frío en las colinas la destruirían, por lo que no sería capaz de crecer en las ellas.

Decepcionados con el roble, la madreselva y la rosa, los dioses se retiraron. Finalmente, se encontraron con un pequeño arbusto verde, de baja estatura, con flores de pétalos diminutos, algunas púrpura y algunas blancas. Era Heather.

Los dioses le hicieron la misma pregunta que les habían hecho a los demás. «¿Irías a crecer a las laderas de las colinas para hacerlas más hermosas?»

Heather pensó acerca de la pobreza del suelo, el viento y la lluvia y no estaba muy segura de poder hacer un buen trabajo. Pero se volvió hacia los dioses y respondió que si ellos deseaban que lo hiciera, ella lo intentaría.

Los dioses se pusieron muy contentos.

Estaban tan contentos, que decidieron darle a Heather algunos regalos, en recompensa por su buena disposición.

En primer lugar le dieron la fuerza del roble – la corteza de Heather es más fuerte que la de cualquier árbol o arbusto en todo el mundo.

A continuación, le dieron la fragancia de la madreselva – una fragancia que se utiliza con frecuencia por su delicadeza.

Finalmente, le dieron la dulzura de la rosa – tanto es así que Heather es una de las flores favoritas de las abejas.

Y hasta hoy, Heather es conocida, fundamentalmente, por estos tres dones.

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Heather es nativa de las regiones de Irlanda, Escocia, Escandinavia, Rusia y América del Norte. Es conocida por su resistencia y su habilidad para prosperar en zonas de suelos pobres, rocosos y temperaturas extremas. Por esta razón, jugó un importante papel histórico en la vida diaria, ya que fue utilizada como paja para techos, ropa de cama, combustible y fabricación de escobas, canastas, cuerdas y redes de pescadores. En Irlanda y Escocia se utiliza para hacer Heather Ale. También se usa en infusiones, como diurético, antiséptico, astringente y desinfectante, contra resfríos, infecciones urinarias y fortalecimiento de la estructura ósea.

Probá el SWEET HEATHER de Dacha. Té blanco Pai Mu Tan y flores de Heather de Rusia. Ideal para tomarlo solo, en comunión con el propio ser y… secreto? queda muy bien con chocolate blanco!

 

ECHAR LUZ ANTES DE APAGAR LA LUZ

miércoles, febrero 20th, 2013

Vladimir Karnachev - Óleo sobre canvas
Para decir hasta mañana y apagar la luz de esta DaCha en paz, traduzco unos párrafos de una nota de «Seven Cups» acerca de PLAGIO Y COMERCIO ELECTRÓNICO DE TÉ, que me parecen sumamente clarificadores. También subo una obra hermosa de otro pintor ruso, Vladimir Karnachev, parte de mi tarea nocturna mientras comparto con ustedes una chashka chaia de BAJO UN SERENO DAMASCO

«El plagio es un problema enorme para las personas que realizan negocios en línea. Se necesita mucho trabajo duro y cuesta un montón de dinero hacer tu propia investigación, tomar fotos y redactar lo que va en su sitio web. El plagio es lo contrario del trabajo duro. Es un crimen de pereza. La competencia entre los comerciantes de té en línea es feroz, debido a que la inversión inicial para un sitio web básico es muy baja: lanzar un sitio, encontrar un proveedor o dos, no es difícil. Crear un sitio único, por el contrario, requiere un esfuerzo constante.
Desafortunadamente, poner toda esa información a disposición de quien sea quiere decir que los demás pueden copiar… Ese es un riesgo que hemos decidido tomar. Compartimos esta información abiertamente con nuestros clientes (…) Pero cuando vemos a alguien que usa nuestra información que no tiene relación con nosotros, entonces tenemos que poner fin a esa situación, porque están usando esa información de una manera falsa para engañar a la gente. Eso nos debilita a nosotros, los productores, y al modelo de código abierto que estamos tratando de crear(…) Al ser una empresa pequeña, no tenemos mucho tiempo para dedicarnos a ‘peinar’ la red en busca de este tipo de cosas, así que realmente aprecio cuando alguien nos da una mano.
Pero (…) ¿Qué haces cuando ves algo que no está bien? En mi opinión, la honestidad, la integridad y la transparencia son requisitos previos para que nuestra industria florezca en el camino correcto. Cada vez más clientes hacen un gran trabajo de investigación en la web antes de comprar y exigen estándares cada vez más altos de las empresas a las que les compran.
Liderazgo es trabajo. Los líderes en esta industria van a ser los que hagan su propia investigación, cuestionen lo que encuentran y presenten la información más precisa y honesta que puedan sobre sus tés. Ser un líder significa hacer esto constantemente, siempre cuestionando, siempre comunicando, nunca descansando. Estamos, después de todo, creando ARTE, algo que nunca antes había estado disponible, al menos no fuera de China. El turbio marketing, las verdades a medias y el engaño absoluto que caracterizan a gran parte de este sector deberían ser francamente ofensivos para nosotros. Deberían enojarnos lo suficiente como para hablar.
HABLAR ES AL ENGAÑO LO QUE EL SOL ES AL MOHO. HABLAR ELEVA EL ESTÁNDAR Y NOS HACE MEJORES.
Limpiemos la casa.»

UNA DACHA EN LA AURORA

jueves, enero 24th, 2013


Queridos amigos de la DaCha itinerante:
Nos vamos a «LA AURORA DEL PALMAR – REFUGIO DE VIDA SILVESTRE».
Allí, además de tomarnos unos días para descansar, compartiremos nuestro TIERRA DE COLONOS

A quienes quieran vivir la experiencia de un paisaje único, a quienes quieran conocernos más de cerca, los esperamos.

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