Cuenta una antigua leyenda nórdica, que cuando los dioses hicieron al mundo, miraron las laderas desnudas y estériles, y pensaron en lo agradable que sería cubrirlas con alguna especie de hermoso árbol o flor. Entonces, recurrieron al Roble gigante, el más grande y fuerte de todos los árboles que habían hecho y le preguntaron si estaría dispuesto a ir hasta las colinas desnudas para ayudar a hacerlas más atractivas. Pero el roble les explicó que necesitaba una buena profundidad de suelo para crecer y que las laderas eran demasiado rocosas para que echara raíces.
Así que los dioses dejaron al roble y se volvieron hacia la Madreselva, con su hermosa flor de color amarillo y su bella y dulce fragancia. Preguntaron a la madreselva si le molestaría crecer en las colinas y difundir su belleza y fragancia por las áridas laderas. Pero la madreselva explicó que necesitaba un muro o una cerca o incluso otra planta en la que apoyarse y que, por esa razón, sería casi imposible para ella crecer en las montañas.
Los dioses viraron hacia una de las más dulces y hermosas de todas las flores: la Rosa. Le preguntaron a la rosa si le importaría agraciar las altas tierras escarpadas con su esplendor. Pero la rosa explicó que el viento, la lluvia y el frío en las colinas la destruirían, por lo que no sería capaz de crecer en las ellas.
Decepcionados con el roble, la madreselva y la rosa, los dioses se retiraron. Finalmente, se encontraron con un pequeño arbusto verde, de baja estatura, con flores de pétalos diminutos, algunas púrpura y algunas blancas. Era Heather.
Los dioses le hicieron la misma pregunta que les habían hecho a los demás. «¿Irías a crecer a las laderas de las colinas para hacerlas más hermosas?»
Heather pensó acerca de la pobreza del suelo, el viento y la lluvia y no estaba muy segura de poder hacer un buen trabajo. Pero se volvió hacia los dioses y respondió que si ellos deseaban que lo hiciera, ella lo intentaría.
Los dioses se pusieron muy contentos.
Estaban tan contentos, que decidieron darle a Heather algunos regalos, en recompensa por su buena disposición.
En primer lugar le dieron la fuerza del roble – la corteza de Heather es más fuerte que la de cualquier árbol o arbusto en todo el mundo.
A continuación, le dieron la fragancia de la madreselva – una fragancia que se utiliza con frecuencia por su delicadeza.
Finalmente, le dieron la dulzura de la rosa – tanto es así que Heather es una de las flores favoritas de las abejas.
Y hasta hoy, Heather es conocida, fundamentalmente, por estos tres dones.
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Heather es nativa de las regiones de Irlanda, Escocia, Escandinavia, Rusia y América del Norte. Es conocida por su resistencia y su habilidad para prosperar en zonas de suelos pobres, rocosos y temperaturas extremas. Por esta razón, jugó un importante papel histórico en la vida diaria, ya que fue utilizada como paja para techos, ropa de cama, combustible y fabricación de escobas, canastas, cuerdas y redes de pescadores. En Irlanda y Escocia se utiliza para hacer Heather Ale. También se usa en infusiones, como diurético, antiséptico, astringente y desinfectante, contra resfríos, infecciones urinarias y fortalecimiento de la estructura ósea.
Probá el SWEET HEATHER de Dacha. Té blanco Pai Mu Tan y flores de Heather de Rusia. Ideal para tomarlo solo, en comunión con el propio ser y… secreto? queda muy bien con chocolate blanco!