TÉ NEGRO O PU ERH (2da parte)
¿Recuerdan que, a principios de mayo, comenzamos a conocer las características del té negro Pu Erh? Muy bien, como esta semana largamos con una nueva promoción de MANDARÍN IMPERIAL, que está elaborado a base de este tipo de té, quiero seguir compartiendo sus secretos con ustedes. Hoy, un consejito para prepararlo y no morir en el intento.
El té negro Pu Erh, de la provincia de Yunnan, China, tiene todas las propiedades medicinales del té verde, además de otras propiedades medicinales que son únicas. Hay numerosas variedades de este tipo de té; la mayoría tiene gran cuerpo y todos ellos, un sabor complejo y mucho más suave y agradable que una taza de café gourmet. De hecho, una buena taza de Pu Erh es tan rica y oscura que puede confundirse fácilmente con una taza de café… aunque su suavidad en boca es inconfundible.
Una de las cosas fascinantes del Pu Erh es que es, en realidad, un té vivo. Sus microorganismos vivos son la razón por la que éste es el único té en el mundo que mejora con el paso del tiempo. Las bacterias saludables lo hacen más suave y para nada astringente. Ningún otro té tiene esta cualidad.
No es de extrañar que este tipo de té haya sido la elección de la vieja aristocracia china y, ahora, de la élite empresarial. A pesar de que contiene la menor cantidad de cafeína de todos los tés negros, es sorprendentemente vigorizante, sin producir el nerviosismo del café. Históricamente, los estrategas y líderes bebían pu erh a la hora de tomar decisiones importantes que requerían de gran concentración. Hoy día, los líderes empresariales mantienen esta costumbre y lo toman para darse impulso al comenzar el día.
El pu erh es tan suave que no se necesita edulcorarlo para disfrutar una taza, a diferencia del café, que pocas personas realmente disfrutan amargo. Sin embargo, este té tiene fama de no ser muy agradable ni fácil de aceptar.
Probablemente, el factor más importante a la hora de disfrutar -o no- de su primera taza de pu erh, es su forma de preparación. Este tipo de té no es como otros tés y si no se prepara correctamente la primera vez, es improbable que le demos una segunda oportunidad. Así que, directamente: ¡HAY QUE LAVAR LAS HEBRAS ANTES DE PREPARAR LA INFUSIÓN! Esto es de suma importancia. El té se ha fermentado y envejecido a lo largo de muchos meses o incluso años, dependiendo de la calidad del mismo y, en ese lapso, adquiere una especie de membrana de sabor amargo, yesoso, a veces incluso a pescado. Y, en general, la razón por la que muchas personas rechazan el pu erh, es que su primera taza tenía este sabor desagradable, como resultado de una preparación deficiente.
Entonces, ¿cómo hacemos para lavar las hebras? Calentamos agua hasta el punto de ebullición y, una vez que está lista, vertemos sobre las hebras la cantidad suficiente como para sumergirlas completamente. Movemos suavemente las hojas en el agua de 45 segundos a un minuto y luego colamos. Recién entonces las hojas están listas para preparar una infusión óptima.