kmf "kmf"
Categoria: Té Literario ~ Aguas de primavera | Fecha: octubre 7th, 2013 | Publicado por Gabriela Carina Chromoy

AGUAS DE PRIMAVERA – IVÁN TURGUÉNIEV – CAPÍTULO 15

1307598605_vody250
Perdón por la demora, dachas lectoras y compañeras. Día arduo de trabajo pero con la satisfacción del deber cumplido. Con mi taza de Alma de noruega y el Capítulo 15 de Aguas de primavera, me despido hasta mañana. Que lo disfruten.

AGUAS DE PRIMAVERA – IVÁN TURGUÉNIEV – CAPÍTULO 15

Soden es un pueblecito situado a media hora de Francfort, en un paraje delicioso, en las faldas del Taunus. Entre nosotros, los rusos, es un lugar famoso por sus aguas minerales, eficaces en las enfermedades del pecho, según se asegura. Los francfortenses nunca van allí sino de excursión, porque Soden posee un magnífico parque y Wirtschaft(1), donde puede tomarse café y cerveza a la sombra de los tilos y de los arces.

El camino de Francfort a Soden, bordeado de árboles frutales, costea la margen derecha del Main. Mientras el coche rodaba tranquilamente por aquel espléndido camino, Sanin observaba a hurtadillas cómo se comportaba Gemma con su prometido. Era la primera vez que los veía juntos. La actitud de la joven era serena y sencilla, pero un poco más reservada y seria que de costumbre; Klüber tenía el porte de un superior indulgente que se permite a sí mismo, y permite a su subordinado, un placer discreto y de buen tono. Sanin no observó en él ninguna particular atención para con Gemma, nada de lo que los franceses llaman empressement (obsequiosidad). Evidentemente, Herr Klüber consideraba el asunto cosa hecha, y no veía ningún motivo para molestarse y hacerse el galán; en cambio, su condescendencia no lo abandonaba un minuto, y hasta en el largo paseo que dieron antes de comer, más allá de Soden, por montañas y valles frondosos, mientras saboreaba las bellezas de la naturaleza, el alemán miraba el paisaje con aquel invariable aire de indulgencia a través del cual se traslucía, de vez en cuando, la severidad natural de un superior. Así, hizo notar que cierto riachuelo corría demasiado en línea recta, en vez de dar pintorescos rodeos; hasta desaprobó la conducta de un pinzón que variaba muy poco su canto. Gemma no se aburría, y, al parecer, hasta experimentaba satisfacción. Sin embargo, Sanin no encontraba ya en ella la Gemma del día anterior, y no porque la más leve sombra oscureciese su hermosura —nunca había estado más resplandeciente—, sino porque su alma parecía haberse escondido en lo más recóndito de su ser. Elegantemente enguantada y con la sombrilla abierta en la mano, andaba con aplomo, sin apresurarse, como hacen las señoritas bien educadas, y hablaba poco. Emilio tampoco se encontraba a sus anchas, y Sanin aún menos. Una de las cosas que contribuían a molestarla era que la conversación se sostuvo todo el tiempo en alemán.

Sólo Tartaglia estaba eufórico. Corría dando furiosos ladridos tras de los tordos que levantaba al paso; saltaba las zanjas, los tocones y por encima de las raíces; se tiraba al agua de un brinco, bebiéndola con avidez; se sacudía, gimoteaba, luego salía disparado como una flecha, colgante su lengua roja. Por su parte, Herr Klüber hacía todo lo que estimaba necesario para divertir a la sociedad. Invitó a sus compañeros a sentarse a la sombra de un copudo roble y, sacando del bolsillo un librito titulado Knallerbsen, oder du sollst und wirst lachen! (Petardos, o ¡Debes reírte y te vas a reír!), se creyó en el caso de leer los escogidos chascarrillos de que estaba lleno ese libro. Leyó una docena sin provocar mucha alegría. Sólo Sanin, por urbanidad, enseñaba los dientes. En cuanto a Herr Klüber, después de cada anécdota, dejaba oír una risita de pedagogo, sombreada como siempre por un tinte de condescendencia. Hacia mediodía volvieron todos a Soden, al mejor restaurante de la comarca.

Se trataba de disponer la comida.

Herr Klüber propuso realizar este acto en un pabellón cerrado por todas partes, im Gartensalon; pero Gemma se sublevó de pronto, y dijo que no comería sino al aire libre, en el jardín, en una de las mesitas colocadas a la puerta del restaurante; y explicó que le aburría ver siempre las mismas caras, y que deseaba poder contemplar otras. Varios grupos de recién llegados se habían sentado ya alrededor a esas mesitas.

Mientras Klüber, sometiéndose con condescendencia «al capricho de su prometida», iba a entenderse con el maître(2), Gemma permaneció de pie, inmóvil, con los ojos bajos y los labios apretados; sentía que Sanin no apartaba de ella la mirada, casi interrogadora, y se hubiera dicho que eso le causaba enfado. Por fin regresó Klüber, anunciando que la comida estaría lista dentro de media hora, y propuso jugar una partida de bolos mientras tanto.

-Eso es muy bueno para abrir el apetito, ¡je, je, je! -añadió.

Jugaba a los bolos magistralmente; al arrojar las bolas, adoptaba posturas arrogantes, presumía de la musculatura de los brazos y piernas y se balanceaba con gracia en un pie. Era un atleta en su género; estaba sólidamente configurado. Y luego, ¡eran tan blancas, tan bellas, sus manos! ¡Y se las enjugaba con tan rico fular(3) de la India, con flores de color amarillo oro!

Llegó la hora de comer, y toda la compañía se sentó a la mesa.

(1) En alemán: Especie de cantina.
(2) En francés: Maître d’hôtel, empleado que preside el servicio al público en un restaurante.
(3) Fular: Tela de seda muy fina, por lo general con dibujos estampados.

Tags: , , , , , , ,

Comments are closed.

Últimas Entradas del Blog

  • Tomar

    Tomar

    dom Feb 28

    Фэнтезийный мир Владимира Федотко. Cada tanto, sucede. Esa sincronicidad mágica. Una llamada,...

  • EL COLOR PÚRPURA ~ ALICE WALKER (PDF)

    EL COLOR PÚRPURA ~ ALICE WALKER (PDF)

    sáb Jun 06

    Queridos amigos de esta dacha virtual:  debajo iré pegando los enlaces para la lectura de nuestra nueva novela....

  • TÉ LITERARIO ~ EL COLOR PÚRPURA ~ ALICE WALKER

    TÉ LITERARIO ~ EL COLOR PÚRPURA ~ ALICE WALKER

    jue Jun 04

    Para arrancar este invierno de cuarentena, les propongo preparar sus teteras para hacer un viaje en el tiempo e ir leyendo...

Tea blends, blends artesanales, blends de té en hebras, té de alta gama, té premium, té ruso, té de samovar, tea shop, té gourmet, latex free tea blends, mezclas de té en hebras libres de látex, té orgánico.

Buenos Aires - Argentina | Tel. 15-6734-2781 - Llámenos gratuitamente | sekret@dachablends.com.ar