Este fin de semana, vivimos intensamente la experiencia del Segundo Festival del Mate de Té. Una vez más, trato de ordenar, en mi cabeza y en mi corazón, las imágenes, los sonidos, los aromas, los sabores, los abrazos y los besos que me traigo de San José.
Si bien la Primera Edición fue todo un éxito, no puedo dejar de mencionar que esta vez fue un exitazo. Un exitazo de gente de todas las edades y de todo tipo, de participación, de alegría, de organización y de ganas de hacer cosas por los demás. Y esto es así porque si hay una instancia en la que se puede sentir en la propia piel un modelo de país en el que todos y cada uno son protagonistas, esa instancia es este Festival.
Desde el propio ombligo, no tengo más que palabras de agradecimiento por todo lo que recibo de los sanjosecinos, que es mucho más que lo que doy. Siempre. Vuelvo colmada de afecto, de amigos, de atenciones y, por sobre todas las cosas, de un intercambio que me enriquece y me hace crecer al mismo tiempo que trato de entregar lo poco o mucho que sé, en este caso, sobre la cultura del té y sus diferentes expresiones.
Nunca más que ayer, mientras regresábamos al ruido de la ciudad, pensaba en la Convención de los Derechos del Niño y el Derecho a la participación. Y es que esta fiesta ha sido creada, pensada y llevada a cabo por niños, adolescentes y jóvenes que absorbieron la tradición de sus mayores y que fueron tenidos en cuenta, que se expresaron y fueron escuchados, que asumieron la responsabilidad de llevar adelante un Centro Cultural -como lo es La Estación- y que lo hacen con amor y compromiso, durante todo el año, a través de acciones concretas, reales, fundamentales, producto de su libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, de su libertad de asociación y de su libertad de celebrar reuniones pacíficas.
Me quedo con algunas imágenes, grabadas, para siempre, en la retina: las carreras del concurso de velocidad entre risas de grandes y chicos, la gente bailando feliz en el predio campestre, el mejor mate de té cebado por una niña que mejoró notoriamente su producción desde la última vez que la vi, la gente hermosa de todas las edades escuchando una clase de un tema tan específico como el té, y esa misma gente, ávida por aprender a elaborar sus propias mezclas, respetando los espacios, los tiempos, las necesidades de todos, los mates de té de los adultos mayores de los hogares, las danzas folclóricas bailadas por niños con distintas capacidades, los puestos de artesanos con sus cuidadas producciones… Finalmente, las manos de una gurisa blendeando, absolutamente concentrada, tal vez por primera vez en su vida, lo cual me dejó con la satisfacción del deber cumplido: pasar el ritual de una práctica ancestral a las generaciones más jóvenes, con la certeza de que la Tradición nos ayuda a echar raíces y que, cada vez que la recreamos, nos crecen alas.
Gracias Entre Ríos, gracias San José, millones de gracias a Marisa Follonier y a todo el Área Joven. Los llevo en el corazón.
Gabriela
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SAN JOSÉ, CAPITAL DEL MATE DE TÉ. UNA TRADICIÓN APTA PARA TODO PÚBLICO.
viernes, junio 20th, 2014GOLDEN LEICAJ CON TÉ, DE PESAJ (receta original de DaCha Russkiĭ Sekret)
domingo, abril 20th, 2014A todos los amigos de la comunidad judía y a aquéllos que tienen amigos judíos y quieren agasajarlos en Pesaj, que es la fiesta de la libertad, este año les paso la receta con tiempo para que puedan practicar.
En la nota anterior, el SCHWARZER LEICAJ (imperdible).
Sé que la utilización de harina de matzá en repostería complica las cosas… pero no las hace imposibles. Así que, a animarse!
GOLDEN LEICAJ CON TÉ, DE PESAJ (Torta dorada de miel, de Pesaj, con té)
Ingredientes:
3 huevos
2 tazas de azúcar blanca
3/4 tazas de miel de buena calidad
1 taza de té dorado bien cargado (también pueden usar Bai Mu Dan o Sweet Heather de DaCha)
1/4 taza de aceite neutro
1 chorro de esencia de vainilla
1 copita de brandy
2 y 3/4 tazas de harina de matze (matzemeil)
100 gramos de almendras tostadas
100 gramos de pasas de uva rubias
Preparación:
En un bowl batir bien los huevos y agregar el azúcar. Batir hasta que la mezcla esté casi blanca. Incorporar la miel y batir bien. Incorporar el té y batir muy bien. Incorporar el aceite y batir MUCHO.
Agregar la esencia y el brandy y batir.
Incorporar la harina de matze de 1 sola vez y mezclar hasta integrar, sin batir y luego mezclar con el dorso de la cuchara con movimientos envolventes para incorporar aire.
Aceitar un molde savarín y verter, en 3 capas, alternando la mezcla y las almendras y pasas de uva.
Llevar a un horno precalentado a mínimo, con una asadera con agua en el piso, durante 1 hora (a partir de la hora, controlar con un palillo de brochete, que debe salir húmedo pero no sucio).
Desmoldar casi frío y salpicar con una ganache hecha con chocolate amargo fundido con 2 cucharadas del té perfumado que más les guste y algunas pasas más.
Maridar con «SWEET HEATHER» de DaCha.
PASCUA EN LA DACHA
domingo, abril 20th, 2014Llegamos a los días de Pascua. Como es nuestra costumbre, en la DaCha, compartimos té, arte, lectura, reflexión. Gracias a una cita David Mitchell, de la película Cloud Atlas, me acordé de este cuento corto, esta historia chiquita, de Chéjov, que el escritor confesó su preferida. La cita de David Mitchell es ésta: «Nuestras vidas no son nuestras. Estamos unidos a otros, pasado y presente. Y en cada crimen y cada gentileza, parimos nuestro futuro.» El cuento de Chéjov es éste:
EL ESTUDIANTE
En principio, el tiempo era bueno y tranquilo. Los mirlos gorjeaban y de los pantanos vecinos llegaba el zumbido lastimoso de algo vivo, igual que si soplaran en una botella vacía. Una becada inició el vuelo, y un disparo retumbó en el aire primaveral con alegría y estrépito. Pero cuando oscureció en el bosque, empezó a soplar el intempestivo y frío viento del este y todo quedó en silencio. Los charcos se cubrieron de agujas de hielo y el bosque adquirió un aspecto desapacible, sórdido y solitario. Olía a invierno.
Iván Velikopolski, estudiante de la academia eclesiástica, hijo de un sacristán, volvía de cazar y se dirigía a su casa por un sendero junto a un prado anegado. Tenía los dedos entumecidos y el viento le quemaba la cara. Le parecía que ese frío repentino quebraba el orden y la armonía, que la propia naturaleza sentía miedo y que, por ello, había oscurecido antes de tiempo. A su alrededor todo estaba desierto y parecía especialmente sombrío. Sólo en la huerta de las viudas, junto al río, brillaba una luz; en unas cuatro verstas a la redonda, hasta donde estaba la aldea, todo estaba sumido en la fría oscuridad de la noche. El estudiante recordó que cuando salió de casa, su madre, descalza, sentada en el suelo del zaguán, limpiaba el samovar, y su padre estaba echado junto a la estufa y tosía; al ser Viernes Santo, en su casa no habían hecho comida y sentía un hambre atroz. Ahora, encogido de frío, el estudiante pensaba que ese mismo viento soplaba en tiempos de Riurik, de Iván el Terrible y de Pedro el Grande y que también en aquellos tiempos había existido esa brutal pobreza, esa hambruna, esas agujereadas techumbres de paja, la ignorancia, la tristeza, ese mismo entorno desierto, la oscuridad y el sentimiento de opresión. Todos esos horrores habían existido, existían y existirían y, aun cuando pasaran mil años más, la vida no sería mejor. No tenía ganas de volver a casa.
La huerta de las viudas se llamaba así porque la cuidaban dos viudas, madre e hija. Una hoguera ardía vivamente, entre chasquidos y chisporroteos, iluminando a su alrededor la tierra labrada. La viuda Vasilisa, una vieja alta y robusta, vestida con una zamarra de hombre, estaba junto al fuego y miraba con aire pensativo las llamas; su hija Lukeria, baja, de rostro abobado, picado de viruelas, estaba sentada en el suelo y fregaba el caldero y las cucharas. Seguramente acababan de cenar. Se oían voces de hombre; eran los trabajadores del lugar que llevaban los caballos a abrevar al río
-Ha vuelto el invierno -dijo el estudiante, acercándose a la hoguera-. ¡Buenas noches!
Vasilisa se estremeció, pero enseguida lo reconoció y sonrió afablemente.
-No te había reconocido, Dios mío. Eso es que vas a ser rico.
Se pusieron a conversar. Vasilisa era una mujer que había vivido mucho. Había servido en un tiempo como nodriza y después como niñera en casa de unos señores, se expresaba con delicadeza y su rostro mostraba siempre una leve y sensata sonrisa. Lukeria, su hija, era una aldeana, sumisa ante su marido, se limitaba a mirar al estudiante y a permanecer callada, con una expresión extraña en el rostro, como la de un sordomudo.
-En una noche igual de fría que ésta, se calentaba en la hoguera el apóstol Pedro -dijo el estudiante, extendiendo las manos hacia el fuego-. Eso quiere decir que también entonces hacía frío. ¡Ah, qué noche tan terrible fue esa! ¡Una noche larga y triste a más no poder!
Miró a la oscuridad que le rodeaba, sacudió convulsivamente la cabeza y preguntó:
-¿Fuiste a la lectura del Evangelio?
-Sí, fui.
-Entonces te acordarás de que durante la Última Cena, Pedro dijo a Jesús: «Estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y a la muerte». Y el Señor le contestó: «Pedro, en verdad te digo que antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces». Después de la cena, Jesús se puso muy triste en el huerto y rezó, mientras el pobre Pedro, completamente agotado, con los párpados pesados, no pudo vencer al sueño y se durmió. Luego oirías que Judas besó a Jesús y lo entregó a sus verdugos aquella misma noche. Lo llevaron atado ante el sumo pontífice y lo azotaron, mientras Pedro, exhausto, atormentado por la angustia y la tristeza, ¿lo entiendes?, desvelado, presintiendo que algo terrible iba a suceder en la tierra, los siguió… Quería con locura a Jesús y ahora veía, desde lejos, cómo lo azotaban…
Lukeria dejó las cucharas y fijó su inmóvil mirada en el estudiante.
-Llegaron adonde estaba el sumo pontífice -prosiguió- y comenzaron a interrogar a Jesús, mientras los criados encendieron una hoguera en medio del patio, pues hacía frío, y se calentaban. Con ellos, cerca de la hoguera, estaba Pedro y también se calentaba, como yo ahora. Una mujer, al verlo, dijo: «Éste también estaba con Jesús», lo que quería decir que también a él había que llevarlo al interrogatorio. Todos los criados que se hallaban junto al fuego le miraron, seguro, severamente, con recelo, puesto que él, agitado, dijo: «No lo conozco». Poco después, alguien lo reconoció de nuevo como uno de los discípulos de Jesús y dijo: «Tú también eres de los suyos». Y él lo volvió a negar. Y por tercera vez, alguien se dirigió a él: «¿Acaso no te he visto hoy con él en el huerto?». Y él lo negó por tercera vez. Justo después de eso, cantó el gallo y Pedro, mirando desde lejos a Jesús, recordó las palabras que él le había dicho durante la cena… Las recordó, volvió en sí, salió del patio y rompió a llorar amargamente. El Evangelio dice: «Tras salir de allí, lloró amargamente». Así me lo imagino: un jardín tranquilo, muy tranquilo, y oscuro, muy oscuro, y en medio del silencio apenas se oye un callado sollozo…
El estudiante suspiró y se quedó pensativo. Vasilisa, que seguía sonriente, sollozó de pronto, gruesas y abundantes lágrimas se deslizaron por sus mejillas mientras ella interponía una manga entre su rostro y el fuego, como si se avergonzara de sus propias lágrimas. Lukeria, por su parte, miraba fijamente al estudiante, ruborizada, con la expresión grave y tensa, como la de quien siente un fuerte dolor.
Los trabajadores volvían del río, y uno de ellos, montado a caballo, ya estaba cerca y la luz de la hoguera oscilaba ante él. El estudiante dio las buenas noches a las viudas y reemprendió la marcha. De nuevo lo envolvió la oscuridad y se entumecieron sus manos. Hacía mucho viento; parecía, en efecto, que el invierno había vuelto y no que al cabo de dos días llegaría la Pascua. Ahora el estudiante pensaba en Vasilisa: si se echó a llorar es porque lo que le sucedió a Pedro aquella terrible noche guarda alguna relación con ella…
Miró atrás. El fuego solitario crepitaba en la oscuridad, y a su lado ya no se veía a nadie. El estudiante volvió a pensar que si Vasilisa se echó a llorar y su hija se conmovió, era evidente que aquello que él había contado, lo que sucedió diecinueve siglos antes, tenía relación con el presente, con las dos mujeres y, probablemente, con aquella aldea desierta, con él mismo y con todo el mundo. Si la vieja se echó a llorar no fue porque él lo supiera contar de manera conmovedora, sino porque Pedro le resultaba cercano a ella y porque ella se interesaba con todo su ser en lo que había ocurrido en el alma de Pedro.
Una súbita alegría agitó su alma, e incluso tuvo que pararse para recobrar el aliento. «El pasado -pensó- y el presente están unidos por una cadena ininterrumpida de acontecimientos que surgen unos de otros». Y le pareció que acababa de ver los dos extremos de esa cadena: al tocar uno de ellos, vibraba el otro.
Luego, cruzó el río en una balsa y después, al subir la colina, contempló su aldea natal y el poniente, donde en la raya del ocaso brillaba una luz púrpura y fría. Entonces pensó que la verdad y la belleza que habían orientado la vida humana en el huerto y en el palacio del sumo pontífice, habían continuado sin interrupción hasta el tiempo presente y siempre constituirían lo más importante de la vida humana y de toda la tierra. Un sentimiento de juventud, de salud, de fuerza (sólo tenía veintidós años), y una inefable y dulce esperanza de felicidad, de una misteriosa y desconocida felicidad, se apoderaron poco a poco de él, y la vida le pareció admirable, encantadora, llena de un elevado sentido.
Fin
FELICES PASCUAS, AMIGOS QUERIDOS. COMPARTAN SUS MEJORES SENTIMIENTOS, SU MEJOR MESA Y SU MEJOR TÉ.
CELEBREMOS PASCUA Y PESAJ CON TÉ
miércoles, abril 16th, 2014Un alimento que tienen en común Pascua y Pesaj es el símbolo eterno de la vida, el huevo. El marmolado de los huevos en té es una receta atemporal y especialmente aplicable para la temporada. Después de infusionar los huevos en el té, pueden servirse en mitades, enteros o picados para ensalada de huevo y cebollita, de macarrones o de atún. En el espíritu de la temporada, sugerimos un té verde Mao Feng, de un sabor astringente y herbal delicado, aunque a los tradicionalistas les encanta el té negro de Yunnan para hacer este clásico.
HUEVOS MARMOLADOS EN TÉ
Colocar los 6 huevos en una cacerola y cubrir completamente con agua fría. Llevar a ebullición durante 12 minutos hasta que estén duros. Retirar del agua y golpear suavemente las cáscaras para quebrarlas pero no pelarlos.
Preparar 750 cc de VIAJE A ŠIPAN y enfriar. Colar las hebras y verter el licor (el té) en una cacerola, colocar los huevos rotos con suavidad, tapar y dejar durante toda la noche. Para servir, retirar las cáscaras para revelar el patrón o aspecto marmolado de las claras. La receta se puede duplicar fácilmente.
PESAJ
Pesaj conmemora la huida de los hebreos de la esclavitud en Egipto. Sin tiempo para esperar a que el pan leudara, se llevaron con ellos pan ácimo. Este pan plano es lo que hoy hacemos, intencionadamente, simplemente con agua y trigo y llamamos matzá. En honor a la fuga hacia la libertad, en Pesaj se omite la levadura de los alimentos, por lo que los postres pueden ser un desafío. Afortunadamente, el chocolate viene al rescate!
IDEAS PARA POSTRES DE PESAJ CON CHOCOLATE
El chocolate, preferiblemente negro, está disponible en los productos kosher para Pesaj. Es el ingrediente perfecto para fundir y verter sobre la fruta seca (mangos, plátanos, arándanos secos y cerezas). Y, ¿qué mejor uso para el chocolate derretido que verterlo sobre las frutillas frescas limpias y secas?. Colocar las frutas cubiertas con chocolate sobre papel encerado y dejar que el chocolate se endurezca, luego colocarlas sobre una bonita bandeja. Lo más probable es que todos los otros dulces sean ignorados: el chocolate es muy seductor!
O bien, añadir una cucharada de MAIA Y KOLYA, OLD LAVENDER 1932, INVIERNO EN KIEV recién hecho o su blend o té rojo (negro) favorito al chocolate derretido o usar sólo chocolate y añadir una capa delgadita de verde Matcha para darle un toque provocativo a las papilas gustativas. Esto es perfecto tanto para la Pesaj, Semana Santa y nos atrevemos a decir, todos los días!
TRUFAS DE CHOCOLATE CON MATCHA
Lo mejor de esta receta es que lleva tan poco tiempo hacerla, es un regalo tan perfecto para cualquier anfitrión, y su sabor es tan intenso y embriagador que se preguntarán cómo han celebrado el final de un hermoso brunch de domingo de Pascua o la cena del Seder de Pesaj sin ella.
Ingredientes:
240 ml de crema de leche
¼ de taza de Kero
2 cucharadas de azúcar morena
1 cucharada de Matcha para la receta
1 cucharada de Matcha para espolvorear
340 gramos de chocolate Kosher amargo o un clásico chocolate 70%
Una pizca de sal gruesa kosher
Preparación:
Cubra una placa para horno con papel manteca y reservar.
En una olla pequeña poner la crema a fuego muy lento. Verter suavemente el Kero y el azúcar moreno y revolver lentamente con una cuchara de madera hasta que esté completamente disuelto, lo que tarda unos dos minutos. Añadir 1 cucharada de Matcha y revolver hasta disolver. Retirar la cacerola del fuego y reservar.
Picar el chocolate en pedazos pequeños y colocarlos en un bowl grande. Verter la mezcla de crema caliente y mezclar bien. Verter cuidadosamente en la placa para horno, alisando lo mejor posible (una espátula de silicona es ideal para esto).
Cubra con otra hoja de papel manteca y enfriar en la heladera durante 1 hora.
Retirar y dar forma a las trufas. Utilizar una cucharita para sacar un pedazo grande y colocarlo en la palma de una mano. Usar ambas manos para alisar una bolita de 2,5 cm de diámetro. Repetir hasta obtener 4 docenas de trufas, aproximadamente.
Colocarlas en una bandeja grande que permita un cierto margen entre cada una. Poner la cucharada restante de Matcha en un tamiz de malla fina y golpear suavemente el lateral del tamiz para espolvorear la parte superior del chocolate. Colocar encima de cada trufa unos pocos granos de sal gruesa kosher o similar.
NOTA: El té es una planta y todas las plantas son kosher y kosher para Pesaj; sin embargo, los hogares estrictamente observantes pueden consultar a expertos locales en kashrut.
SEMANA SANTA
Las roscas de Pascua, dulces y huevos de chocolate, son una adición popular europea al almuerzo de Pascua, que tiene a la pata de cordero o jamón como plato principal. Les damos la receta de un barniz de té para el jamón, que sin duda deleitará los paladares.
JAMÓN CON GLASEADO CON SALSA DE TÉ Y NARANJA
Ésta es una receta fácil de hacer que utiliza la misma asadera para hornear varios pasos. Usar un Keemun, Lapsang Souchong o un indulgente Yunnan, agregará el contrapunto justo a la dulzura de la mermelada. El sabor picante de los tradicionales clavos y la mostaza dará una complejidad de múltiples capas. Los sobrantes se pueden cortar en daditos y añadirse como guarnición a las ensaladas de huevo o fideos.
Ingredientes para el jamón:
1 jamón extra grande totalmente cocido con hueso (alrededor de 7 kilos), preferentemente ahumado
36 clavos de olor enteros
1 taza de mermelada de naranja de buena calidad
1/4 taza de mostaza gruesa
2 cucharadas más 1 1/2 tazas de agua
Ingredientes para la salsa:
2 tazas de HISTORIAS DE HUMO o MANDARÍN IMPERIAL preparado
2 tazas de caldo de pollo fresco
1 taza de jugo de naranja recién exprimido
3 cucharadas de mermelada de naranja
1 cucharada de mostaza gruesa
1 cucharada de almidón de maíz, disuelta en 1 cucharada de agua
Para preparar el jamón:
Colocar la parrilla en el centro del horno y precalentar entre bajo y moderado.
Quitar el exceso de grasa de la parte superior de jamón, dejando una capa delgada que deberá marcarse en forma de diamante con un cuchillo. Insertar el clavo en el centro de cada diamante. Colocar el jamón en una asadera fuerte y hornear alrededor de 3 horas y media o hasta que el termómetro insertado en el centro de jamón registra 70/75°C. (Jamones más grandes pueden requerir hasta 15 minutos más tiempo de cocción.)
Derretir 1 taza de mermelada en una cacerola pequeña a fuego medio. Batir la mostaza con 2 cucharadas de agua. Hervir hasta que la mezcla espese lo suficiente como para cubrir una cuchara de madera, sin goteo, unos 6 minutos. Reservar.
Pasar el jamón cocido a una tabla de cortar grande (con ranuras en ella para atrapar los jugos). Aumentar la temperatura del horno a fuerte.
Colocar la asadera sbre la hornalla misma, a fuego medio, tirar en ella la 1 1/2 tazas de agua y raspar los pedacitos dorados del fondo con una espátula o cuchara de madera. Pasar los jugos de a un bowl y congelarlos 15 minutos para endurecer la grasa. A continuación, retirar la grasa con una cuchara y deshechar. Reservar los jugos.
Forrar la asadera con papel de aluminio. Colocar en ella el jamón y una cuchara la mezcla de mermelada sobre éste. Continuar la cocción del jamón hasta que el barniz empiece a caramelizar, unos 20 minutos. Dejar reposar por 30 minutos el jamón.
Para preparar la salsa:
Hervir el té y luego verter en una cacerola mediana. Agregar 2 tazas de caldo de pollo, 1 taza de jugo de naranja y 3 cucharadas de mermelada de naranja y dejar hervir hasta que haya una reducción a 3 tazas. (Unos 10-12 minutos.) Incorporar 1 cucharada de mostaza de Dijon y los jugos de la asadera que se reservaron. Batir bien y volver a hervir. Batir la mezcla de almidón de maíz y hervir hasta que espese un poco, unos 4 minutos.
Trinchar el jamón. Presentar en una fuente con la salsa en una salsera.
FELICES PASCUAS Y JAG PESAJ SAMEAJ PARA TODOS. COMPARTAN SU MESA Y SU MEJOR TÉ.
SCHWARZER LEICAJ CON TÉ, DE PESAJ (receta original de DaCha Russkiĭ Sekret)
martes, abril 15th, 2014A todos los amigos de la comunidad judía y a aquéllos que tienen amigos judíos y quieren agasajarlos en Pesaj, que es la fiesta de la libertad, este año les paso la receta con tiempo para que puedan practicar.
En la próxima nota, el GOLDEN LEICAJ (imperdible).
Sé que la utilización de harina de matzá en repostería complica las cosas… pero no las hace imposibles. Así que, a animarse!
SCHWARZER LEICAJ DE PESAJ, CON TÉ (Torta oscura de miel de Pesaj, con Té)
Ingredientes:
3 huevos
2 tazas de azúcar (blanca o rubia o 1 y 1)
3/4 tazas de miel de buena calidad
1 taza de té rojo (negro) bien cargado -puede ser un blend tipo MAIA Y KOLYA–
1/4 taza de aceite neutro
1 chorro de esencia de vainilla
1 copita de vodka
ralladura de 1 limón
1 cda de canela
1 cda de café instantáneo bien soluble (sin preparar)
1 cda de cacao amargo
2 y 3/4 tazas de harina de matze (matzemeil)
150 gramos de nueces picadas groseramente
Preparación:
En un bowl batir bien los huevos y agregar el azúcar. Batir hasta que la mezcla esté casi blanca. Incorporar la miel y batir bien. Incorporar el té y batir muy bien. Incorporar el aceite y batir MUCHO.
Agregar la esencia y el vodka y batir.
Agregar la ralladura, la canela, el café y el cacao e integrar batiendo muy bien.
Incorporar la harina de matze de 1 sola vez y mezclar hasta integrar, sin batir y luego mezclar con el dorso de la cuchara con movimientos envolventes para incorporar aire.
Aceitar un molde savarín y verter, en 3 capas, alternando la mezcla y las nueces.
Llevar a un horno precalentado a mínimo, con una asadera con agua en el piso, durante 1 hora (a partir de la hora, controlar con un palillo de brochette, que debe salir húmedo pero no sucio).
Maridar con “TIERRA DE COLONOS”, “MAIA Y KOLYA” u “OLD LAVENDER 1932” de DaCha.
LA FIESTA DE LA LIBERTAD
lunes, abril 14th, 2014PEONÍA – PEARL S. BUCK (PDF)
viernes, abril 11th, 2014Queridos amigos de esta dacha virtual: debajo iré pegando los enlaces para la lectura de nuestra nueva novela. Prepárense una tetera con su té preferido y disfrútenlos. Recuerden que nos encontraremos para leer las últimas páginas juntos y compartir un bello chaepítie. Que tengan un hermoso fin de semana.
Gabriela
2) PEONÍA.PDF-páginas 56 A 110-
3) PEONÍA.PDF-páginas 111 A 165-
4) PEONÍA.PDF-páginas 166 A 220-
5) PEONÍA.PDF-páginas 221 A 275-
6) PEONÍA.PDF-páginas 276 A 330-
7) PEONÍA.PDF-páginas 331 A 385- versión mini no imprimible
8) PEONÍA.PDF-páginas 386 A 442- versión mini no imprimible
Hasta aquí llegamos con los archivos, por ahora. Para conocer el final, nos encontraremos el día Sábado 26 de Abril, a las 16 horas, en La Biblioteca Café (Marcelo T. de Alvear 1155), donde leeremos las últimas páginas, y degustaremos dos pasos de té con maridaje dulce y salado; luego tendremos análisis y debate de la obra.
TÉ LITERARIO – PEONÍA – PEARL BUCK
jueves, febrero 20th, 2014
ARRANCAMOS CON EL PRIMER TÉ LITERARIO DE 2014 – ¡Buenas noches, las dachas del campo y las urbanas! Promediando la corrección anche traducción de nuestra próxima novela, me hace feliz contarles que este viernes, 21 de febrero, daremos inicio a la lectura online de la misma. Agenden la fecha.
Mientras diseñaba Kaifeng Imperial, y buceaba en una de mis Historias de Migraciones, me encontré con Peony (Peonía), una novela maravillosa. Ver http://www.dachablends.com.ar/kaifeng-imperial-o-la-tribu-que-adopto-el-te/
Quiero adelantarles un alguito de quien creó a unos personajes que sé que van a adorar, por lo humanos, por lo creíbles, por lo impecablemente tratados.
Pearl S. Buck (1892-1973) fue autora de más de 85 libros y ganadora del Premio Nobel. Nacida en Hillsboro, Virginia Occidental, Buck fue hija de misioneros presbiterianos y pasó gran parte de la primera mitad de su vida en China, donde muchas de sus novelas transcurren. En 1934, los disturbios civiles en China la obligaron a regresar a Estados Unidos. A lo largo de su vida trabajó en defensa de los derechos civiles y los derechos de las mujeres, y fundó Welcome House, la primera agencia de adopción internacional, interracial. Por el conjunto de su obra, Buck recibió el Premio Nobel de Literatura en 1938, siendo la primera mujer estadounidense en recibirlo.
Los judíos de Kaifeng representan uno de los más oscuros y uno de los más fascinantes capítulos en los anales de la Diáspora judía. A lo largo de Peony (Peonía), editada por primera vez en 1948, entretejida dentro de eventos ficticios alrededor de la Casa de Ezra, Pearl Buck logró mostrar, con precisión histórica, la vida de este pueblo, en el crepúsculo de su existencia en Kaifeng –un pueblo que se asimiló y aún así se mantuvo diferenciado de sus vecinos-. Ambientada en 1850, la novela sigue a Peonía, la sierva China de una prominente familia judía y muestra, a través de sus ojos, cómo la comunidad judía era vista en Kaifeng, en un momento en que la mayoría de los judíos había llegado a pensar en sí mismos como chinos. La novela contiene un amor escondido, un matrimonio interracial y muestra la importancia del deber, junto con los desafíos de la vida. Peony es una novela que podríamos ubicar dentro de la corriente del Realismo Literario, aunque con resabios de Romanticismo.
Que la hija de misioneros protestantes pudiera comunicar tan efectivamente la profundidad de sentimientos y preocupaciones detrás de una familia judía consciente de su inminente caída espiritual, pero profundamente consciente, también, de su obligación de continuar con las tradiciones de sus antepasados en una tierra extranjera –y al mismo tiempo exhibir susceptibilidades chinas auténticas- es testimonio de la grandeza de esta escritora.
Como cierre del verano, les propongo preparar sus teteras para hacer un viaje en el tiempo e ir leyendo, juntos, cada uno en su dacha, esta maravillosa pieza, analizando los temas que ustedes vayan planteando como más interesantes, una vez concluída. Esta vez, voy a usar otra metodología para las entregas: cada viernes, a lo largo de 8 semanas, subiré a esta página y al blog -y enviaré por mail a quienes así lo soliciten- un PDF de alrededor de 50 páginas, para que lean los fines de semana, me hace ilusión pensar que con una taza de té.Coronaremos el ciclo con un chaepítie, lectura y debate, tal como hicimos con Tolstoy y Anna Karenina, y Turguéniev y Aguas de Primavera.
-Si hay interesados, podemos tomar nuestro té y leer online, vía Skype.-
Me va a encantar contar con ustedes, una vez más.
Los espero.
Gabriela
FESTIVAL DEL MATE DE TÉ – EDICIÓN VERANO
sábado, febrero 15th, 2014No me arrepiento de este amor… Adoro las manifestaciones populares, la juventud comprometida y sana, la gente que ama a sus pueblos, sus costumbres, su historia, su terruño, sus frutos de la tierra. Esta tarde, en la tradicional licorería artesanal Licores Bard, y gracias al apoyo incondicional de su dueña y de la Consejal Marisa Follonier, la agrupación Area Joven de San José organizó una edición de verano del Festival del Mate de Té. La gente se animó y participó hermosamente. Mi parte: difundir la cultura del té, enseñar a prepararlo y disfrutarlo en hebras, tanto caliente como frío y ser parte de una tradición que es propia de ellos: cebar coloridos y frutales mates de té. Me llevo, como siempre, más de lo que imaginé, y me voy con el corazón lleno de cariño por esta provincia que respira entre dos ríos.
SOCHI 2014, EL TÉ Y EL OSO RUSO
viernes, febrero 7th, 2014
Sochi, Krasnodar, Rusia, además de tener un bellísimo jardín de té (el más septentrional, hermoso y avanzado, tecnógicamente hablando, de Europa), será sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014. Y, adivinen qué: otra vez, volvemos al oso.
El oso empezó a aparecer como símbolo de Rusia en el siglo XVII, coincidiendo con la expansión de Moscovia liderada por los Romanov, expansión que llegaría hasta el Pacífico y el Amu Darya. Algunas de las tierras ocupadas contaban con muchos osos, como los Urales y Siberia pero no fue por esto por lo que Rusia se identificó como «un oso».
De hecho no fue la corte zarista -ni el propio pueblo- la que empatizó con el animal «como reflejo del alma eslava», sino que desde Gran Bretaña comenzaron a satirizar el hambre imperial de San Petersburgo presentando al país como un oso. Los ingleses, que también tenían grandes ambiciones, se presentaban como un león, más civilizado que el bárbaro y vago oso, que duerme largos períodos y luego despierta de forma inesperada y salvaje.
No obstante, los rusos acabaron apropiándose del símbolo, del mismo modo que lo hicieron de las matrioshkas y de Berlín. De hecho, una de las mayores cualidades de los rusos es saber integrar lo ajeno en su cultura. Claros ejemplos son la literatura, la pintura, la música clásica, la liturgia bizantina, el té! También hay ejemplos políticos, como la idea de comunismo o de Eurasia.
Liquidada el águila imperial de dos cabezas, el oso se convirtió en el símbolo de la Rusia soviética.
En 1980, el ilustrador Victor Chizhikov tenía el encargo de mostrar la cara amable del oso soviético y creó la primera gran mascota deportiva: el osito Misha de los Juegos olímpicos de Moscú.
Y no caben dudas de que el oso sigue estando muy presente en Rusia. La agencia Mildberry Sports Lab presentó, en agosto de 2011, al emblema ruso para los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi: un oso! La cara del nuevo oso expresa más decisión que el Misha de Moscú’80; ahora tiene los tres colores rusos en lugar de los soviéticos y aunque sigue sonriendo sus ojos transmiten seriedad y dan un poco de miedo.
En su presentación en sociedad, el presidente Dimitri Medvedev (Medvedev! Medved=oso) aseguró que «es muy importante porque es un tema que unifica y es comprendido por la mayoría de la población».
Mientras tanto, yo, aquí, desde Ubajay, Entre Ríos, Argentina, a poquísimas horas del comienzo, espero poder conectarme online para poder ver la Ceremonia de inauguración de los Juegos, tomando un maravilloso té verde Matsesta de Sochi, regalo de un precioso amigo ruso.
fuente: Rusia Hoy; Matsesta tea